miércoles, 18 de marzo de 2015

Me enamoré de un sueño


Cuando el sueño cae las palabras pierden su sentido.
 Dejan paso al sentimiento de lo que nos ha herido.
 No podemos elegir los sueños, y los elegimos, y soñamos recordando lo mejor de lo vivido.
 Viviendo los recuerdos con un final alternativo y escapando de los miedos con un simple pellizco.
Anoche soñé lo mas bello voy a dormir por si repito.
Para luego despertar y ver que todo es diferente, que los miedos que no se afrontan, permanecen,
que aquellos labios que besabas quizás besarás algún día, pero puede que nunca sepan como aquella noche sabían,
 y la persona que añorabas y que esa noche veías, pasada la madrugada volverá a su cama fría.
 Entre sueños me desvelo, pienso en sonrisas de antaño, cierro los ojos y vuelven, desaparecen cuando los abro.
 Sonrisas que nunca supieron los motivos por los que ahora suspiro, ni las lagrimas derramadas por este largo camino
. Lo que tuve se fue hace tiempo, lo demás lo dirá el destino, y mientras, nacen sonrisas cuando vuelvo a soñar contigo.
 Al despertar recuerdo cada sueño vivido y cierro los ojos sobre la almohada
 pensando que aún no te has ido.

Del Valdeazogue al Huécar






                                              Me niego a  sentarme en este banco donde todo parece bonito, porque en esas hojas no veo belleza, solo que todo es distinto. Allá donde las hojas que caen son menos, y donde los inviernos son menos fríos, allá en el que es mi pueblo, me sentaré tranquilo. Quiero en vez de bosque la dehesa, y en la dehesa mis amigos, el aroma de mi tierra y una botella de buen vino, porque es mi sueño desde que sueño lejos, vivir mi vida donde he crecido.
Sin embargo lo que uno quiere, no es lo que quiere el destino, este quiso que me diera cuenta, de lo bueno de un pueblo tranquilo, donde todo el mundo se conoce, y los amigos son mas que amigos. De mineros que se fueron y de estudiantes que nos fuimos, deseando al volver darnos cuenta de que sigues siendo el mismo. Pero la realidad aprieta, y te lleva por otro camino, a un lugar que que no es tu casa y con quienes no son tus amigos, y vas viendo como el tiempo que pasa se alía con el destino y hace de esa casa tu casa y de esa gente tus amigos.  
Ahora tengo dos casas, antiguos y nuevos amigos, y un tren que me acompaña uniendo mis dos destinos.